jueves, 15 de noviembre de 2018

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Exhibicionismo

Exhibicionismo


El exhibicionismo se caracteriza por conseguir la excitación sexual a través de la exposición de los genitales, habitualmente ante un extraño que está desprevenido. También puede referirse a un deseo potente de ser observado por los demás durante la actividad sexual. El trastorno de exhibicionismo implica actuar sobre estos impulsos sin el consentimiento de otra persona o experimentar malestar significativo o deterioro funcional debido a tales deseos e impulsos. El exhibicionismo es una forma de parafilia, pero la mayoría de las personas exhibicionistas no cumplen con los criterios clínicos de un trastorno parafílico, que requieren que el comportamiento, las fantasías o los deseos irrefrenables de la persona provoquen malestar clínicamente significativo o deterioro funcional o causen daño a los demás (en el exhibicionismo incluye concretar los impulsos sin el consentimiento de otra persona). La afección también debe haber estado presente durante ≥ 6 meses.



Fetichismo

FETICHISMO

El fetichismo es la utilización de objetos inanimados (el fetiche) como método preferido para producir la excitación sexual. Sin embargo, en el lenguaje común esta palabra se suele utilizar para describir intereses sexuales particulares, como tomar roles en el juego sexual, preferencias por ciertas características físicas y actividades u objetos sexuales preferidos.


El trastorno de fetichismo se refiere a una recurrente, intensa excitación sexual a partir del uso de un objeto inanimado o de la atención meticulosa en una parte (o partes) del cuerpo no genital que provoca un significativo malestar o deterioro funcional. Existen muchos fetiches; los habituales son delantales, zapatos, prendas de cuero o látex y ropa interior de mujer. El fetiche puede reemplazar a la actividad sexual habitual con una pareja o puede integrarse en una actividad sexual con una pareja que lo consienta. La conducta fetichista menor como adyuvante de una conducta sexual consensual no se considera un trastorno porque no hay angustia, discapacidad ni disfunción significativas. Los patrones y los comportamientos de excitación fetichistas obligatorios, más intensos y altamente compulsivos pueden provocar problemas en las relaciones o consumir por completo y destruir la vida de la persona.



Frotteurismo



El frotteurismo (del francés, "frotar"), consiste en la excitación sexual derivada de restregarse o frotarse contra mujeres desconocidas en lugares muy concurridos y sin el consentimiento de la víctima. Por lo general, el individuo frota sus genitales contra cualquier parte de la anatomía de la víctima y puede acariciarle los pechos y los genitales. Normalmente, el hombre fantasea una relación sexual con la víctima durante el acto. Lo que le da placer no es el componente coercitivo sino el contacto físico real.
El frotteurismo requiere tratamiento clínico cuando es un comportamiento compulsivo y reiterado, llevado a cabo durante más de seis meses y que interfiere con la vida normal del individuo. 
Esta parafilia requiere terapia psicológica en la cual se buscará encontrar la raíz del comportamiento y lograr que la persona cambie la manera de expresar su sexualidad.
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Sadismo



El sadismo es un sentimiento atribuible a un ser vivo, que consiste en sentir placer, provocando a otro ser animado un daño físico o mental que le provoque dolor. El sujeto activo del sadismo puede ser un animal, como el gato que juega con su presa y parece disfrutar de su accionar, aunque no sabemos si esto lo hace o no de modo consciente. Es por ello que en general se aplica sadismo a las acciones humanas voluntarias (dolosas) como el caso de quien tortura a un animal o a una persona disfrutando con su crueldad. Ejemplos: “Juan es un niño sádico, disfruta golpeando a sus mascotas” o “el secuestrador manifestó su sadismo al encadenar a su víctima con alambres de púas”.



Sadismo es un término que proviene del comportamiento sexual desviado del escritor francés conocido como marqués de Sade (1740-1814). Fue famoso por sus escándalos y las orgías que protagonizó además de escribir novelas que reflejaban una violencia libertina. Sin embargo el sadismo comprende no solo estas prácticas de parafília (o sea actos de dominación, humillación o violencia física y/o moral, con connotaciones sexuales) sino todo aquello que lastime a otro para el goce del sádico. En el sadismo sexual se combinan las pulsiones de muerte con las sexuales. Aparece según Freud en su teoría psicoanalítica, como pulsión en las fases de desarrollo llamadas sádico oral (que se vincula con morder y aparece entre los seis meses y los dos años) y sádico anal (entre los dos y los cuatro años de edad, donde el niño siente placer cuando controla sus intestinos). Para Lacan es una forma de perversión, al igual que el masoquismo, el exhibicionismo y el voyeurismo.


Si unimos a un sádico sexual con un masoquista (que le gusta sufrir) obtenemos la figura del sadomasoquismo, donde con complicidad de víctima y victimario, la primera recibe el maltrato y goza con ello en un acto sexual, al igual que el sádico en una dupla necesaria y convenida.

Travestismo

El travestismo es un tipo de parafilia, pero la mayoría de los travestidos no cumplen con los criterios clínicos de un trastorno parafílico; estos criterios requieren que las fantasías, los impulsos intensos o los comportamientos de la persona provoquen malestar, perjudiquen el funcionamiento o dañen a otros. La afección también debe haber estado presente durante 6 meses o más
Travestido es un término más frecuente y aceptable que travesti. El travestismo y el trastorno travestista son extremadamente raros en las mujeres de nacimiento.

Los varones heterosexuales que se visten con ropa de mujer suelen comenzar esta conducta al final de la infancia. Esta conducta se asocia, al menos inicialmente, con la excitación sexual intensa. La excitación sexual que se produce por la ropa en sí se considera una forma de fetichismo y puede ocurrir con travestismo o independientemente de él.
Los perfiles de personalidad de los varones que se visten con ropa de mujer generalmente son similares a los de las personas normales de la misma edad y raza.

Cuando sus parejas colaboran, los travestis pueden tener actividad sexual con una vestimenta total o parcialmente femenina. Cuando la pareja no colabora, pueden sentirse ansiosos, deprimidos, culpables y avergonzados por su deseo de vestir ropa de mujer. En respuesta a estos sentimientos, estos hombres a menudo se deshacen de la ropa femenina en su armario.