
El deseo de observar a los demás en situaciones sexuales es frecuente y no es anormal en sí mismo. El voyeurismo suele comenzar en la adolescencia o a comienzos de la vida adulta. El voyeurismo adolescente suele verse con una mayor tolerancia; pocos son los adolescentes detenidos. Cuando el voyeurismo es patológico, los voyeuristas pasan un tiempo considerable buscando oportunidades para mirar, a menudo a expensas de no cumplir con las responsabilidades importantes en sus vidas. El orgasmo se consigue habitualmente masturbándose durante o después de la actividad voyeurista. Los voyeuristas no buscan el contacto sexual con aquellos a los que observan.
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